En una rueda de prensa dijo que para dar este paso cuenta con el aval del su homólogo nicaragüense Daniel Ortega, quien ha ofrecido el territorio fronterizo con Honduras para que Zelaya concrete su regreso.
"En los próximos días, yo quiero regresar a Tegucigalpa, es cierto, con un acuerdo político. Pero quiero regresar porque el pueblo ganó la batalla", anunció Zelaya ante cientos de partidarios reunidos en la ciudad fronteriza de Ocotal, 226 km al norte de Managua.
El mandatario mantiene su posición de retorno categórico, y expresó que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, a la que ha pedido que incremente la presión contra los golpistas que lo desplazaron del poder hace 32 días.
"No hay una fecha determinada (para mi regreso). Se está haciendo la presión necesaria para lograr el acuerdo" con los golpistas, dijo. "Se está realmente hablando a nivel internacional y de Honduras", agregó.
Su vicepresidente, Arístides Mejía, pidió este miércoles en el marco de la Cumbre de Tuxtla -que reunió a presidentes de Centroamérica, Colombia y México en Costa Rica- a "los países amigos que son fuertes en Latinoamérica como México, Argentina, Colombia, que redoblen esfuerzos para" revertir el golpe en Honduras.
Zelaya instaló un centro de operaciones en Ocotal, un municipio fronterizo que está controlado por el gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda), que le ha facilitado albergues y comida a sus seguidores, que llegaron a respaldar su lucha.
"Por eso es importante quedar en la filas de la organización, pueden apuntarse con un seudónimo" porque va a ser "la milicia popular que va a cuidar al presidente en su retorno, son ustedes compañeros", dijo Zelaya
Este será "el ejército del pueblo, el ejército que cuidará al presidente de la República", insistió a sus seguidores, a quienes prometió recompensarlos cuando recupere el poder.
Alrededor de 300 hondureños, la mayoría hombres de origen campesino, se encuentran asentados en Ocotal en apoyo a Zelaya, quien busca para ellos la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Una delegación de Naciones Unidas, entre ellos representantes de ACNUR, visitó el miércoles la frontera nicaragüense para conocer las condiciones en las que se encuentran los partidarios de Zelaya.
El gobernante dijo tener información de que muchos oficiales y capitanes de las fuerzas armadas de Honduras lo respaldan.
"Que no le quepa la menor duda que en cualquier momento jóvenes oficiales militares afectados por el golpe amarrarán a Romeo Vázquez Velásquez", advirtió Zelaya en referencia al jefe del Estado Mayor del Ejército hondureño, que lo expulsó del poder y del país el 28 de junio.
Zelaya anunció que en las próximas 48 horas tendrá muchas actividades, pero que su prioridad es iniciar la preparación de sus partidarios e intentar que su esposa Xiomara Castro cruce la frontera para reencontrarse con él.
SE DIFUNDE PRONUNCIAMIENTO DE MILITARES OPUESTOS A GOLPE EN HONDURAS
Un movimiento dentro de las Fueras Armadas rechaza lo que su jefe, el general Romeo Vázquez, ha hecho con esta institución durante el golpe de estado, poniendo a la fuerza contra el pueblo hondureño. Denuncian que empresarios pagaron a muchos comandantes para dar el golpe.
Un Movimiento de Oficiales Superiores y Subalternos de las Fuerzas Armadas de Honduras (Mosusu) criticó este miércoles la politización de la institución por parte de su jefe, general Romeo Vázquez.
Un pronunciamiento del Mosusu comenzó a ser distribuido esta tarde por las redes de correos de Internet por el Frente Nacional contra el golpe de Estado y otras fuentes cercanas a la resistencia pacífica, según informó Prensa Latina.
En el texto, los militares explican que hacen la declaración porque "los políticos en contubernio con la junta de comandantes han involucrado a las Fuerzas Armadas y han deteriorado la buena imagen que teníamos ante el pueblo hondureño".
Señalan que "el Señor Jefe del Estado Mayor Conjunto Gral. Vásquez politizó la institución, contraviniendo el mandato constitucional de ser apolíticas". Añade que en un principio el general Vázquez comprometió a las fuerzas armadas a apoyar al presidente Manuel Zelaya, y después cambió de ámbito político, en vez de retirar sus tropas a sus respectivos cuarteles y mantenerlos al margen de los políticos que sólo las están usando, agrega el texto.
Se menciona que un grupo de empresarios reunió 30 millones de Lempiras (más de 1,5 millones de dólares) y los repartió a la junta de comandantes, algo que va en contra del decoro y principios del militar.
"Declaramos que las Fuerzas Armadas no son gendarmes de ningún grupo económico élite, sino que estamos con el pueblo porque la mayoría de sus miembros tanto oficiales como tropa venimos de las entrañas del pueblo, no somos un ejército de casta", sostiene el documento.
Los oficiales acusan al general Vázquez, quien -aseguran- desde hace dos años debería estar de baja, de varias irregularidades en los ascensos y promover a militares al grado de general sin tener las condiciones para ello.
El documento es la primera declaración de ese grupo de oficiales que no se identifican, por razones obvias pero no por cobardía.
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